domingo, 29 de septiembre de 2024

De la Realidad a la Consciencia (,Tercera y última parte)

 La Naturaleza Fractal de la Existencia:


Considerar la existencia como un fractal hiperdimensional implica que hay patrones repetitivos 

y conexiones que se extienden a través de todas las escalas y dimensiones de la realidad. Esto 

implica que las acciones y experiencias de cada individuo pueden resonar y reflejarse en todo el fractal, afectando y siendo afectadas por el todo.


La individualidad y la universalidad están intrínsecamente entrelazadas.. cada elemento de la 

existencia refleja y está conectado con un patrón o principio unificador más grande.


Cada punto en este fractal no solo es parte del todo, sino que también contiene en sí mismo una 

representación del todo. Esto refuerza la idea de interconexión y unidad en el universo, 

sugiriendo que cada elemento, por pequeño que sea, está intrínsecamente conectado y es 

reflejo del cosmos.


Siguiendo la noción hermética de "Como es arriba, es abajo", este fractal implica que los patrones y estructuras observados a nivel macrocósmico se reflejan en la escala microcósmica. 


Cada persona, cada objeto, refleja en su existencia y estructura los patrones y principios del 

universo en su conjunto.


Si cada individuo está conectado con el todo y, por extensión, con lo divino, entonces cada acción y pensamiento tiene un impacto en el fractal completo. Esto puede llevar a una visión moral y 

espiritual del mundo donde nuestras acciones y decisiones tienen un significado y una resonancia más allá de nuestra comprensión inmediata.


En un fractal, cada parte contiene la esencia del todo. Esto sugiere que dentro de cada individuo 

reside un potencial infinito y una profundidad que va más allá de lo aparente. Cada persona tiene 

la capacidad de acceder a una comprensión y a una experiencia que refleja la totalidad del 

universo.


Este sistema fractal subraya el principio de correspondencia: los patrones y leyes que rigen una parte del universo se aplican a todas las otras partes. La resonancia entre estos patrones podría 

ser la base de fenómenos como la sincronicidad o las coincidencias significativas.


La evolución personal y colectiva puede verse como un proceso fractal, donde cada etapa de 

crecimiento refleja y contiene las lecciones y estructuras de las etapas anteriores, pero en una escala mayor y más compleja.


Reconocer que formamos parte de un todo mayor puede inspirar una búsqueda de armonía y 

equilibrio, tanto internamente como en nuestras interacciones con el mundo, ya que cada desequilibrio en un punto afecta la estructura global. De hecho, explicaría fenómenos cuánticos 

como el entrelazamiento cuántico o el principio de no-localidad.


Hay “dimensiones de dimensiones”, que no “dimensiones y dimensiones”.


Dado que toda dimensión es inclusiva a las que la preceden. Cada dimensión podría considerarse 

una perspectiva en la que se revela la realidad. Un ejemplo sería el de la hormiga, luego ver que 

llegan más hormigas, y tomo consciencia, me doy cuenta que hay más.. así que se toma la consciencia que la hormiga es de dimensión inferior al de las hormigas, al igual que estas dos 

son de dimensión perceptual inferiores al del hormiguero, a la vez este es inferior al del bosque y podríamos seguir hasta llegar al omniverso: al todo, al 1. 


Al ser un fractal, la perspectiva es 

bidireccional, es decir, del omniverso, podemos llegar a la unidad del átomo, al 1.. 


En realidad 

no hay inicio ni fin, simplemente ES, siendo en sí mismo “inicio y fin”, y siendo estas dualidades 

una mera ilusión de perspectiva a la que nuestra consciencia está atada a en este plano hiperdimensional.


Antes de ejemplificarlo quiero aclarar que las perspectivas dimensionales son bidireccionales, es 

decir, cuando digo inferior puede llamarse perfectamente superior. Aclarado esto y añadida así 

esta perspectiva dimensional, procedo con ejemplificarlo:


La unidad, el punto, (lo que ES) es de dimensión inferior a la dualidad. Dado que donde existe el 

todo, existe la nada, aparece la dualiad siendo esta idea, el ser consciente de ello, de perspectiva de dimensión superior. 


Siendo el 3 la perspectiva del punto de equilibrio, nos lleva al 4. Vemos el 3 como un triángulo, 

pero dado que su punta es el punto de equilibrio, llegamos a las 4 perspectivas de 90º que completan el círculo y complementan la linea (2x2). 


Los 4 elementos son de dimensión inferior 

a la naturaleza o el plano material en el que vivimos (6) (el cual se puede simplificar con el 4 según la perspectiva dimensional ya que son inclusivas).


El 7, el centro del hexágono, representa: el hombre y su consciencia. Nuestra consciencia en este 

cuerpo y, ocupando este plano material, el yo presente atado a esta realidad (se puede 

simplificar con el 5 siendo el centro del cuadrado [los 4 elementos], el hombre). A la vez se puede 

simplificar al hombre con el cubo…


Esto nos lleva al 9, la perfección, el centro del cubo, el control sobre la consciencia, el hombre consciente: la dimensión del teseracto reflejada en 3 dimensiones (el cual se puede simplificar 

con el 1...). 


Otro ejemplo menos abstracto:


Nuestros 5 sentidos son de dimensión inferior al habla, a la capacidad que tenemos para 

comunicarnos. Esta es de dimensión superior a todas las anteriores ya que: hablando, puedo llegar a hacer resonar a otro hermano y describirle el sabor de esta naranja, el paisaje que veo, incluso puedo usar recuerdos que tenemos en común para que esa persona se haga a la idea de 

qué información queremos transmitir. 


El habla, es de una dimensión superior inclusive a la de los sentimientos, la cual está atada a este 

plano. El habla ocupa claramente una de las dimensiones más elevadas que existen, tal vez por eso, la famosa frase de FIAT LUX fue lo primero que apareció en esta dimensión: el sonido, la vibración consciente del habla. Esta vibración, es la fuerza que unifica el positivo y el negativo de 

una onda, generando a su vez frecuencias (de dimensión superior a la vibración que las contiene) 

etc..


Y qué sería de la dimensión del habla sin complementarse de la experiencia: del conocimiento. 

Sin conocimiento no hay nada que decir… En estos instantes veo al habla y el conocimiento como 

2 complementarios siendo el Yo el 3. 


Hablando con sabiduría (3) puedo crear (4) nuevas ideas, 

se entrelazan cubos (personas) y crean nuevas dimensiones. 


El habla estaría en la misma línea 

dimensional que la sabiduría, siendo su centro la consciencia. 

El uso consciente del conocimiento y el habla, hace que vibremos en sociedad, que generemos 

arte, ciencia, música, matemáticas, ideas.. 


Estas dimensiones superiores provienen de la interrelación e iteración dimensional que las precede (cada individuo que ha aportado su granito 

de arena en cada materia), son resultado del hombre (5) consciente.


Todo se puede percibir de un modo dimensional.. Los hijos, cuya perspectiva de vida a menudo 

choca con nuestro modo de entender, tienen su propia perspectiva, dimensionalmente hablando y atado en el tiempo, tienen menos experiencia. Esta experiencia, si es conscientemente vivida y no en automático, implica adquirir conocimiento. 


La perspectiva del hijo es de una dimensión 

inferior a la de los padres. A la vez todo esto implica que el hijo, adquirirá su propia perspectiva 

con la madurez, que puede ser diferente a la de los padres dado que este plano, se muestra con un recorrido lineal en espacio y tiempo, siendo el momento de perspectiva, propio e individual de cada persona. Este hijo, habrá adaptado lo adquirido por los padres, más su propia 

perspectiva adquirida por la experiencia y se adaptará al momento (espacio-tiempo). No es la misma perspectiva la de un individuo de 1800 que la de uno del 2023. A pesar de ser distintas, 

ambas pueden ser buenas perspectivas de vida.

Círculos – Centro de todo (dios, consciencia). 


Su vértice central unifica al resto de vértices (creaciones cúbicas hiperdimensionales), inicio y fin que engloba todos los vértices que forman la estructura fractal.


Cubo exterior – Naturaleza

Cubo intermedio – Cuerpo

Cubo interno – Mente

Triángulo – Consciencia


No hay mayor símbolo al que centrar nuestra atención consciente que el presente


La capacidad de cada individuo de “ver” la realidad, al igual que de “leer” un símbolo, depende de su propia perspectiva así como de las dimensiones a un nivel lógico o del pensamiento 

(sabiduría) que haya adquirido mediante la experiencia. No es la misma realidad la que percibe un niño a la de un adulto, cuyos consejos son reflejo de su experiencia. 


Esta capacidad de percibir la realidad, se puede ejemplificar mediante el área generada por el 

círculo en el triángulo:

Esa consciencia, el ser “consciente de…” sería el área del 

triángulo, lo que nos lleva a cuántas dimensiones internas 

contiene y, por ende, cuánto es capaz de percibir. Si el área es 

más grande, su perspectiva de la realidad es más amplia. Es decir, la percepción, el ser consciente de, dependería no solo 

de los 5 sentidos si no también de la capacidad perceptual de cada individuo. 


En el dibujo esta consciencia quedaría 

representada por el área. Esta consciencia será la que vea más 

allá o no según las perspectivas dimensionales que contenga. Por eso un símbolo es evolutivo en su interpretación, dado que depende de las dimensiones perceptuales de la consciencia: hasta 

dónde es capaz de percibir. Este “hasta donde” dependería de sus niveles de percepción (lo que nos lleva a dimensiones perceptuales).


Inicialmente, el símbolo apareció como un elemento cuyo objetivo era el reconocimiento como 

iguales. Ese objeto recibía el nombre de “symbolion” en griego. Un objeto era partido en dos y requería de ser reunido para volver a formar su unidad. Ya, en su propio origen etimológico, podemos desvelar la dualidad y la unidad que busca formar nuevamente. 


Teniendo en cuenta su 

espiritual origen, el símbolo implica en su objetivo final una reunificación de la dualidad. Si observo mi entorno, el símbolo es representado en la dimensión o plano material: un color, 

un número, una figura geométrica, un sonido, una vibración, un olor.. Todos ellos aparecen en el plano material y son perceptibles a través de los 5 sentidos, pero el conocimiento que hay detrás de él, no depende de los 5 sentidos, sino de la consciencia del observador, así como de las dimensiones perceptuales que contiene.


Así entonces, el símbolo es en sí mismo un vértice, un punto de unión entre lo material tangible y lo inmaterial e intangible: la consciencia. Éste siempre nos invita a reflexionar pudiendo así transmutar la consciencia,ampliando sus dimensiones perceptuales, al desvelar su conocimiento.


Dado que el significado de un símbolo depende de la consciencia del observador, la percepción 

que tendrá el observador dependerá intrínsecamente de sus dimensiones perceptuales internas. 


El conocimiento que hay detrás del símbolo será velado o no, según el observador, cambiando así su significado y profundidad conforme a este. El símbolo une ambos planos, el físico y el metafísico. En su faceta metafísica: en la 

transmutación de la consciencia de cada una de las personas cuando, al reflexionar acerca de estos símbolos aumentan sus perspectivas dimensionales. El reflejo de esta transmutación de 

consciencia es, a la vez, elemento de transmutación en el plano físico (con nuestros actos). Es así 

como el símbolo se convierte en un vértice, siendo este bidireccional físico-metafísico.

Lo que llamamos presente es el vector de unión entre pasado y futuro. Vivimos en un plano en el que el tiempo se nos presenta 

linealmente. Si este (el tiempo) no se tiene en cuenta, hablaríamos de un presente estático, igual que una foto. En ese 

caso viviríamos sumergidos en un vídeo en pausa, sin 

movimiento. Esas 3 dimensiones dependientes de 3 dualidades 

(delante-detrás, arriba-abajo, derecha-izquierda) quedarían incompletas sin contar con una cuarta dimensión adicional que se desprende: la idea del tiempo. Así entonces se añade otra dualidad: pasado, presente y futuro. 


Dado que cada vértice es un sistema fractal del todo, y siendo el presente un vector, es este una representación en tiempo real del todo, adquiriendo

 la cualidad de símbolo. El ser consciente de cómo observo el presente refleja no solo el todo si no también a mí mismo.


(Sergi Garcia Mecinas)







De la Realidad a la Consciencia (Segunda parte)

De la dualidad al Teseracto: 


Un juego de perspectivas


Me gustaría partir de la toma de consciencia que la dualidad me ha aportado: la observación y 

reflexión de elementos de la naturaleza como el hombre y la mujer, las polaridades del átomo y de un imán, el día y la noche… 


Vivimos en un mundo donde, aparentemente todo se puede 

etiquetar en positivo o negativo. La dualidad es algo que nos gobierna a todos, tanto en el microcosmos como en el macrocosmos. No ha sido si no entre columnas que he ido apreciando con otros ojos la belleza y la complejidad de algo tan aparentemente simple como es la dualidad.


En la unidad tenemos el todo en sí mismo y es que el 1 contiene, en su existencia, al resto de números. 


Donde hay un 1, existe por ende la nada. El 1 conteniendo encapsulada en su propia esencia al 2: a la dualidad.


Como ya sabemos, como resultado de esta dualidad aparece su punto de equilibrio, 

representando cualitativamente y cuantitativamente por el número 3. De este número se desprende la primera figura geométrica armónica y equilibrada que se puede generar (siendo 

cada número representado geométricamente por un vértice): el triángulo.

Siguiendo con este nuevo vértice, cuya naturaleza es la búsqueda de equilibrio y armonía, este aparece en una dimensión adicional que se desprende de las dimensiones anteriores y las 

contiene en sí mismo.

Dimensión 0 – Todas las posibilidades son a la vez

Dimensión 1 – El punto y la línea

Dimensión 2 – La horizontal y la vertical


Creo importante enfatizar la frase en la que comento que aparece en una dimensión superior, 

que su naturaleza está intrínsecamente relacionada con las dualidades que las precede y por ende contiene dichas dualidades en su propia existencia (Por ejemplo, el concepto dual frío y calor nos lleva a un concepto de dimensión superior e inclusivo: la temperatura). Este principio 

se puede aplicar directamente a cómo es percibida la realidad en sus múltiples dualidades. 


A un nivel de aplicación práctica: en el hecho de plantearme si soy capaz de percibir estos puntos de equilibrio en dimensiones superiores y actuar en consecuencia (aplomado) o, por el contrario, actúo en mi presente polarizado por uno de los vértices atados a la dimensión inferior y dual. 


Por otro lado, quería aclarar el hecho de que estas dimensiones superiores siempre son inclusivas de las dimensiones que las preceden (las dimensiones duales inferiores). Un ejemplo 

de esta inclusividad de información se puede ejemplificar del siguiente modo:Puedo observar atentamente una hormiga beber agua de una gota, observar como aparecen otras hormigas y, siguiendo el camino que dibujan por el suelo, llegar a observar el hormiguero. 


Al levantar la vista puedo ver los árboles, las plantas, los pájaros… 


Puedo alejarme y percibir el 

bosque. Cada dimensión superior es inclusiva con las que la preceden, siendo el bosque de nivel 

superior a la dimensión de la hormiga, pero conteniéndola intrínsecamente en su propia 

existencia. 


La perspectiva aquí toma un papel muy importante.

Otro ejemplo sería la figura del hijo, cuya representación simbólica sería el vértice resultante de 

las dos dualidades que lo preceden: su existencia está intrínsecamente atada a la madre y al padre así como a todas las generaciones que lo preceden. Dado que yo soy ese hijo, mi 

perspectiva toma un papel muy importante nuevamente.


Me apasiona la idea de visualizar todo esto como un sistema de vectores interconectados en red, puesto que esto me lleva a pensar en un sistema fractal basado en la dualidad. Motivo que ha 

generado en mí el deseo de escribir esta plancha.


Partiendo de un lienzo en blanco, simbolizando un espacio de dimensión 0. Este espacio implica 

que cada posición se puede describir en un punto, es decir, solo hay una posición posible en una 

dimensión 0, con lo que no es necesario conocer su ubicación. Esta dimensión 0, representada 

por el lienzo en blanco, sería el simbolizado por el caos, dado que todas las probabilidades 

existen simultáneamente. 


En el momento en el que en esta dimensión se concreta un punto, 

aparece con él la primera dimensión desde una nueva perspectiva. En este punto tenemos en la 

unidad a la dualidad desde una perspectiva adicional a esa dimensión: el el punto y el fondo: lo que es y lo que no es, el todo y la nada. 


Vuelvo de nuevo al tema de la perspectiva y es que esto debemos visualizarlo desde una 

perspectiva externa al plano 1D intentando así explicar el porqué el 1 contiene en su propia esencia al 2.


Esa dualidad observada externamente, se puede representar aún en ese mismo plano 1D mediante 2 puntos. Al tener la dualidad representada, ya podemos dibujar la línea. Hemos llegado a la máxima expresión que nos permite el plano 1D.

Basándome en la dualidad y su búsqueda continua de equilibrio y armonía, me gustaría 

representarla matemáticamente como un conjunto {-1 y +1}. 


Como he dicho antes, cada punto de equilibrio entre ambas dualidades equivaldría a generar una nueva dimensión superior 

inclusiva(un nuevo vértice).


Dado que es el triángulo la primera figura creadora de armonía y equilibrio entre dualidades, por 

simetría y para seguir el principio armónico y de búsqueda de equilibrio implicaría la necesidad de un triángulo invertido. 


Estas 2 figuras en equilibrio nos lleva a
contar 4 vértices de dualidad siendo su vértice de equilibrio el punto central que los unifica:

Igual que en la representación del macrocosmos y el microcosmos, para no romper la simetría 

basada en la dualidad, cada vértice tiene que tener una “polaridad” respecto a sus anteriores. 


Este conjunto de 4 vértices me lleva a dibujar el cuadrado desde una perspectiva 2D. Así entonces, cada vértice que en esencia es una dualidad en sí mismo, estaría expresado por el 

siguiente conjunto desde una perspectiva en 2 dimensiones: 

({-1,+1}^2)

Lo que daría 4 posibilidades en sus vértices: 

Observa el signo de negativo:

-

Imagina ahora el signo contrario..

¿Dónde está tu yo?


A la vez, por armonía en perspectivas dimensionales, debe existir su contraparte con los mismos vectores pero con polaridades invertidas. Eso da lugar a pensar en 8 posibilidades de 

dualidad por cada vértice, lo que me lleva a imaginar la figura del cubo. Esto implicaría 

modificar la fórmula y pensar en un conjunto como: 


({-1,+1}^3)


Esto implica la aparición de 8 posibilidades por vértice: 

Esta conocida dimensión 3D en la que vivimos es un buen ejemplo de estos 8 vértices. Si me 

baso en lo que puedo percibir como realidad, lo que llamo presente, vivo en el centro de 4 

dualidades espacio-temporales (cada una con 2 vértices lo que suman un total de 8): arriba￾abajo, derecha-izquierda, delante-detrás, pasado-futuro. 


¿Cómo puedo entender el espacio sin 

el tiempo? Ambos son en sí mismos una dualidad atada a este plano. Sin embargo, para entender 

el tiempo, debo pensar en una nueva dimensión de carácter superior, pasando de la tercera dimensión a la cuarta dimensión.


Estos 8 vértices del macrocosmos se pueden representar en una dimensión 3D con la figura del cubo, así mismo para el microcosmos.


Regresando a la geometría 3D, cada conjunto sería un vértice del cubo en una dimensión 3D. Como no, no puede existir un cubo cuyos vértices mantienen un equilibrio sin su contraparte 

que equilibre las dualidades presentadas en ternas, lo que nos lleva a elevar la dimensión a la dimensión del tiempo (4D):


({-1,+1}^4)

En esta nueva figura, se desprende que hay 16 vértices y 

posibilidades para la dualidad, 8 por cada cubo. Esto implica pensar en un sistema fractal hipercúbico de 

dimensión 4: un teseracto. En este hipercubo, los vértices son compartidos y requieren de un equilibrio entre ellos para la existencia del todo. 


Dado que, esta figura resultante no dejaría de ser un nuevo vértice y que se requieren de 3 vértices para seguir este fractal, sería necesario elevar este conjunto a 3, representándose como:


[({-1,+1}^4) ^3]= 12 REALIDAD PERCIBIDA POR EL YO


Al elevarlo a 3 yextraer el producto cartesiano de este conjunto consigo mismo 3 veces, se combinan tres de estos espacios de 4 dimensiones. 


Esta combinación resultante de los 3 

teseractos a sería la representación de la “realidad”. 


Esto significa que se están formando conjuntos de combinaciones ordenadas donde cada 

combinación es un punto (vértice) en un espacio de 12 dimensiones. Cada punto en este espacio 

de 12 dimensiones se representa como una tupla de 12 números, donde cada grupo de cuatro números proviene de uno de los conjuntos ({-1,+1}^4) originales. 


Es así como, partiendo de la dualidad, llegamos a una realidad de 12 dimensiones en la que nosotros estamos en el centro de estas. 

Del mismo modo, se puede invertir la perspectiva… 


Dado que todas las dimensiones son en sí 

mismas reflejo del resto, se puede simplificar este sistema entendiendo cada unidad como una 

tríada, del mismo modo que un átomo cuenta con partículas con polaridad positiva, negativa y neutra.

El hipercubo de dimensión 4, se puede simplificar en un cubo de dimensión 3. Cabe aclarar que dicho cubo debería tener entonces 9 vértices. El centro del cubo, el punto de unión entre todos 

los vértices, sería el punto generador de las dimensiones de nivel superior en este fractal en base dual. 


Siguiendo con el cubo de dimensión 3, se puede descomponer en un hexágono en 

dimensión 2, el cual se puede descomponer en dos triángulos invertidos pero complementarios, 

lo que se puede simplificar en 2 puntos (+ y -).


El único vértice que no se ve, pero está es el centro de las figuras es el punto de unión entre 

todas ellas: el 1. Dado que nosotros estamos en el centro de estas dualidades, concluyo que nosotros somos parte de Dios, vivimos atados a dimensiones inferiores pero podemos llegar a 

escalar dichas dimensiones y llegar en línea recta y en dirección a todos sitios al mismo centro del todo: a la consciencia del amor puro. 


Esto me lleva a pensar en un fractal en el que una figura contiene a otra en sí misma, repitiéndose y buscando el constante equilibrio, armonía y perfección, acompañando nuestra consciencia pura a Dios, en el centro. 


Nuestro yo, se encuentra en el centro de estas triadas, en el centro del cubo, esperando superar esta dimension dual en la que nos vemos llevados a etiquetar todo como positivo + o negativo -. Etiquetar, aunque necesario en sociedad para “entender” nuestro 

entorno, nos ata aún más a esta dimensión dual, percibiéndola como tal y dejando de percibir el todo. Hablo de la consciencia (el darnos cuenta de…) dado que es la que nos permite romper la 

polaridad en la que nuestra percepción vive atada y superar la dualidad, permitiendonos escalar 

y llegar a dimensiones superiores.



Interpretación de la fórmula:

±[({-1,+1}ˆ4)ˆ3]


La fórmula intenta expresar una idea que parte de la dualidad y llega a un espacio de 12 dimensiones a través de un teseracto (hipercubo en 4 dimensiones).

 

- De la dualidad {-1,+1} al Teseracto en 4D: La parte ({-1,+1}ˆ4): Este conjunto representa dos estados posibles para cada coordenada: -1 y +1. En un contexto geométrico, estos valores pueden ser vistos como los extremos o vértices de un segmento de línea en una dimensión ^4: 


Elevar este conjunto a la cuarta potencia significa explorar todas las combinaciones posibles de 

estos valores en cuatro dimensiones independientes. Esto resulta en un teseracto, un hipercubo 

en 4D. Cada vértice del teseracto corresponde a una combinación única de las cuatro coordenadas, y hay 16 vértices en total (2^4), ya que cada dimensión tiene 2 posibles estados.


- El triangulo de teseractos y su producto cartesiano de 12D: El concepto de producto cartesiano 

en matemáticas se refiere a la combinación de dos o más conjuntos para formar un conjunto de 

todos los pares ordenados posibles. 


Aquí, estamos tomando el producto cartesiano de tres 

teseractos.^3: Esto implica que estamos combinando tres instancias de un teseracto. Cada 

teseracto es un objeto 4D, así que al tomar un producto cartesiano de tres teseractos, 

multiplicamos esencialmente las dimensiones: 4D × 3 = 12D. Esto significa que cada punto en el 

espacio resultante de 12 dimensiones es un conjunto de tres puntos, cada uno proveniente de 

un teseracto diferente.

- Simetría en Valores Positivos y Negativos: El signo ± implica que cada punto en el espacio de 12 dimensiones resultante de la fórmula [({-1,+1}^4)^3] tiene contrapartes tanto positivas como 

negativas. Esto introduce una simetría en la estructura, donde cada configuración o punto en este espacio tiene una versión "espejo" con valores opuestos en una o más dimensiones. Sin el signo ±, la estructura se interpretaría como limitada a los valores generados por el producto cartesiano de los teseractos, sin una consideración explícita de simetría entre valores positivos y 

negativos. Incluso, el signo ± sugiere que la estructura en 12 dimensiones no solo se basa en la 

combinación de puntos de teseractos, sino que también incorpora una reflexión a través del 

origen en este espacio hiperdimensional. Esto puede interpretarse como una especie de 

"inversión" o "reflejo" en cada dimensión.


Posibles resultados planteados:

±[{-12,+12}ˆ∞]

12ˆ∞


1. Resultado con Simetría (eterno equilibrio y armonía): ±[{-12,+12}^∞] 


Resultaría un fractal triangular que constaría con su opuesto (estrella de David):


- Simetría en el Rango: El signo `±` implica que la estructura se extiende en un rango simétrico que abarca tanto valores positivos como negativos. En este caso, la estructura se extiende desde 

-12 hasta +12 en cada dimensión.

- Naturaleza Fractal Infinita: El exponente `^∞` implica una repetición o extensión fractal infinita. 


Esto significa que la estructura se repite infinitamente, manteniendo su forma y proporciones en 

todas las escalas.

- Implicaciones: Este resultado indica una estructura hiperdimensional donde hay una perfecta simetría entre las partes positivas y negativas, y esta simetría se repite de manera fractal en un 

espacio infinito. 


Esta figura podría representar la perspectiva desde esta dimensión material. El equilibrio base 

de la naturaleza. Su fractal sería este:

2. Resultado Sin Simetría: 


12^∞ (Un camino a la perfección)

Resultaría un fractal triangular infinito, pero sólo en una dirección, el retorno al todo. 


- Rango Unidireccional: 


Al carecer del signo ±, este resultado sugiere que la estructura solo se extiende en valores positivos, hasta el 12 en cada dimensión.


- Extensión Fractal Limitada: 


Aunque sigue siendo un fractal que se repite infinitamente (^∞), la 

repetición ocurre solo en el rango positivo. No hay indicación de que las estructuras negativas estén incluidas o replicadas.


- Implicaciones: 


Este resultado representa una estructura fractal que, aunque infinita, es 

asimétrica, centrándose únicamente en la extensión positiva. 

Si el camino hacia la perfección se define como un retorno o una orientación hacia lo positivo, entonces la segunda opción, `12^∞`, sería más adecuada. Esta opción se enfoca exclusivamente 

en el aspecto positivo, reflejando un enfoque unidireccional hacia lo positivo en su estructura y extensión. Hay varios motivos:

En la fórmula 12^∞, la ausencia del signo `±` y la presencia del número positivo 12 indica un enfoque exclusivo en los valores positivos. Esto representa un camino que se aleja de la dualidad 

y se centra únicamente en el aspecto positivo.

La estructura sigue siendo fractal (`^∞`), lo que significa que se repite infinitamente, pero esta repetición y expansión ocurren solo en un rango positivo. 


Esto puede simbolizar un viaje o una 

evolución constante hacia un estado positivo cada vez mayor.

Reflexiones que se extraen de ambos resultados. 


Ambas perspectivas pueden ser consideradas correctas ya de depende de la perspectiva 

hiperdimensional que se plantee: la de la materia o la de la energía). Depende de nosotros que 

el resultado sea constructivo o destructivo.


Si cada persona se considera un vértice, que en sí mismo es un cubo, viviendo en otro cubo (derecha-izquierda, delante-detrás, arriba-abajo, dentro-fuera) somos hipercubos. De hecho, la realidad que percibo, cada cosa dual (una piedra por ejemplo) sería un vértice de dimensión 

inferior, cada vértice de este enorme fractal estaría conectado con el centro, con el todo, con Dios. 


Así entonces la realidad que puede percibir: cada individuo u objeto puede considerarse un punto en un espacio de dimensiones superiores, simbolizado por un vértice de un hipercubo. 

Este vértice representa no solo la posición espacio-temporal, sino también aspectos más 

complejos como estados mentales, emocionales y espirituales.


El hipercubo que representa a un individuo incluye dimensiones que van más allá de las físicas 

(arriba-abajo, delante-detrás, derecha-izquierda), extendiéndose a dimensiones metafóricas 

como "dentro-fuera", lo cual puede interpretarse como la relación entre el yo interior y el mundo 

exterior.


Cada vértice (persona u objeto) está conectado con un centro, que puede ser interpretado como 

"Dios", la fuente universal, o el principio unificador de todo. 


Esta conexión simboliza una relación 

intrínseca entre el individuo y el todo, sugiriendo que cada parte contiene, o está conectada con, el todo.


En un fractal, cada parte refleja el patrón del todo. Así, en esta metáfora, cada individuo refleja 

de alguna manera la totalidad del universo o la divinidad.


(Sergi García Mecinas)






De la Realidad a la Conciencia (Primera Parte)

 De la realidad a la consciencia


¿Cómo definir aquello que consideramos realidad? 


Esa fue la pregunta que le realicé a mi niña de 10 años. Juanita… Ella se gira devolviéndome una mirada extrañada por el tono en que la 

llamo por su nombre.. Entonces le hago la pregunta: “¿Cómo podrías definir la realidad?”, tras 

devolverme un “yo que sé” como respuesta y tras invitarla varias veces a pensar, me devuelve 

una respuesta más razonada:


“Todo lo que puedo ver y tocar”… No me parece un mal comienzo para empezar a profundizar y es que esto me lleva a pensar en dos puntos que dependerán intrínsecamente de esta perspectiva de la realidad:


- Los 5 sentidos atados a este plano material

- La necesidad de un observador consciente


Entendiendo la realidad bajo esta perspectiva, se podría definir la realidad como toda aquella experiencia que somos capaces de percibir con nuestros 5 sentidos de un modo consciente. Pero, 

definir así la realidad, nos daría una perspectiva sesgada de lo que nos rodea: del TODO. 


Nuestros 

5 sentidos nos dan una percepción limitada a unas longitudes de onda concretas, fuera de ellas, no somos capaces de percibir más allá. Somos capaces de ver un espectro de luz comprendido entre los 380 nm y los 750 nm, pero no somos capaces de percibir los ultravioletas por ejemplo, cuando forman parte también de la realidad a pesar de no observarlos.


Además, desde una perspectiva cuántica, nuestros sentidos nos sumergen en un misterio aún más intrigante puesto que aquello que tocamos, en su esencia, no son objetos sólidos en el 

sentido clásico, sino más bien campos de energía cuyos electrones y partículas subatómicas 

interactúan en estados de probabilidad. Lo que percibimos visualmente como materia, en realidad, es la manifestación de energía que, a través de su interacción, se traduce en longitudes 

de onda, en frecuencias, que nuestro cerebro interpreta como formas, sustancia, luz, sonido, 

materia...


Estos 5 sentidos son para mí 5 canales de consciencia que descifran dichas probabilidades y nos 

muestran aquello que, como observadores conscientes, debemos percibir dada nuestra 

perspectiva. 


La consciencia, en su inmaterialidad, es la que en última instancia decide qué es real y qué no, lo que me lleva a determinar que, la definición de realidad basada en la percepción desde la 

perspectiva de la materialidad es incompleta, puesto que es la consciencia la que convierte la 

experiencia en real. 


Definir la consciencia es tremendamente complicado, de hecho, hay varias dimensiones de 

consciencia. Para mí, la cualidad de la experiencia es consciencia. La percepción del presente y su entorno es consciencia. Las dualidades de luz, el sonido, el calor etc que nos atan a este plano 

material no existen, son cualidades de la consciencia. Por ejemplo, físicamente el sonido son movimientos de partículas, pero en sí mismo, no existe.


Esto me lleva a pensar en la importancia del pensamiento consciente en espacio y tiempo presente. En cómo la consciencia es la que puede transmutar ciertamente lo que llamamos 

realidad. 


Voy a retomar el párrafo anterior en el que menciono la dualidad de la naturaleza energética de la materia, pues siendo energía-materia una dualidad, es en sí misma una unidad. 


Creo firmemente que, para que se presente lo que llamamos realidad material, debe existir siempre un observador o una medición consciente de esta. Es entonces cuando se rompe el estado de unidad o superposición cuántica en la que se encuentra y se muestra la “realidad” en su 

polaridad dual, y todo esto según la perspectiva que ocupe el observador. 


Del mismo modo que el experimento de la doble rendija. En este experimento se demostró que las partículas como electrones o fotones pueden exhibir un comportamiento dual (onda￾materia). Cuando no se observa el proceso de las partículas pasando por unas rendijas, estas se 

comportan como ondas. Sin embargo, al observarse el proceso, estas se comportan como partículas individuales, desapareciendo el patrón de interferencias generado anteriormente al 

comportarse como ondas. 


El simple acto de observar algo puede influir en su comportamiento, rompiendo su estado de superposición (unidad) y polarizándose en una dualidad según el plano que ocupe el observador. 


El 1 contiene en su esencia misma al 2. En este punto me planteo que, la capacidad de observar, de “darse cuenta de…”, de ser plenamente consciente, depende totalmente de la perspectiva del 

observador. 


Esto implica aceptar la idea de que la realidad es subjetiva y puede variar enormemente entre individuos basándose en su percepción (espacio y momento), así como en su experiencia y capacidad o dimensión de consciencia, según el punto que ocupe en su camino evolutivo. 

Con esta imagen quiero representar 

que, siendo el cilindro la realidad, si nuestra consciencia vive atada y polarizada a uno u otro lado de la región de sombra (zona azul o zona amarilla), como seres individuales 

únicamente seríamos conscientes de nuestra propia perspectiva de la realidad: tendríamos el que apuesta a que la realidad es un cuadrado y los que lo niegan alegando que la realidad es un círculo. Se convierte entonces la realidad en algo subjetivo y atado a la perspectiva que se muestra en una 

dimensión dual para el observador atado al plano 2D. Es por esto que requerimos de 

comunicación consciente, comunicación sin ego atado a este plano dual… 


también de la 

tolerancia y del respeto que se desprenden de entender que bueno o malo solo es cuestión de la perspectiva que ocupa el observador. 


Además, esta perspectiva está sesgada como individuo y depende del momento temporal en el que suceda esa experiencia en su evolución personal 

como consciencia. 

Esa comunicación, basada en pilares como el respeto y la tolerancia, será necesaria para llegar a 

un punto de vista más amplio de lo que percibimos acerca de lo que es la realidad. 


En este caso de la imagen, la realidad que percibiría cualquiera de los que viven en el plano azul o amarillo es un espejismo en esta representación dimensional en 2D, siendo la realidad algo 

multidimensional, representada en este caso por un cilindro en otra dimensión de perspectiva 3D. Los habitantes de ambos planos 2D deberían llegar, mediante la comunicación como punto de unión entre opuestos, a poder intercambiar perspectivas y entender la realidad en su conjunto.


Dado que vivimos atados a este plano material en la que la realidad se nos plantea 

como dual, debemos superar la dualidad elevando nuestro estado de consciencia sobre el ego y aceptando ambas polaridades como perspectivas diferentes de una misma realidad. Es así como se puede llegar a transcender la dualidad, ampliando la 

perspectiva del observador y obteniendo una visión o perspectiva de conjunto.

Nuestra capacidad de ser conscientes y percibir la realidad, depende en esencia de la perspectiva y atención consciente del observador. 

Dadas las múltiples perspectivas y dado 

que experimentamos la realidad como seres individuales, se 

requiere de comunicación, tolerancia y respeto entre ellas para 

entender mejor entre todos lo que en realidad somos. 


Finalmente, quería atar todo esto con un último pensamiento: el de 

entender la realidad como un sistema fractal. La naturaleza del fractal define que cualquier parte es representación del todo, así entonces, cualquier parte consciente y atada al fractal es en sí 

mismo el centro de todo como ser individual. También, su 

naturaleza lleva a entender que con el conjunto de todas las partes se forma el todo. 


Vivimos como seres conscientes atados a este plano fractal, de origen dual y con perspectivas sesgadas. Cada uno 

de nosotros estamos experimentando nuestro momento, pero en esencia, somos lo mismo: consciencia. 


Se podría decir que todo es consciencia, incluso que entre todos formamos aquello que 

llamamos Dios siendo nosotros parte de él mismo. 


Entendiendo que somos parte de este fractal al que estamos atados en búsqueda del equilibrio 

y que entre todos formamos el TODO, aumenta mi sentimiento de fraternidad, de tolerancia y 

de respeto así como las ganas de escuchar las distintas perspectivas y experiencias de

 mis 

semejantes. 


Cada ser consciente es reflejo y efecto de la consciencia colectiva, del TODO.


(Sergi García Mecinas)





De la Realidad a la Consciencia (,Tercera y última parte)

 La Naturaleza Fractal de la Existencia: Considerar la existencia como un fractal hiperdimensional implica que hay patrones repetitivos  y c...