domingo, 29 de septiembre de 2024

De la Realidad a la Consciencia (Segunda parte)

De la dualidad al Teseracto: 


Un juego de perspectivas


Me gustaría partir de la toma de consciencia que la dualidad me ha aportado: la observación y 

reflexión de elementos de la naturaleza como el hombre y la mujer, las polaridades del átomo y de un imán, el día y la noche… 


Vivimos en un mundo donde, aparentemente todo se puede 

etiquetar en positivo o negativo. La dualidad es algo que nos gobierna a todos, tanto en el microcosmos como en el macrocosmos. No ha sido si no entre columnas que he ido apreciando con otros ojos la belleza y la complejidad de algo tan aparentemente simple como es la dualidad.


En la unidad tenemos el todo en sí mismo y es que el 1 contiene, en su existencia, al resto de números. 


Donde hay un 1, existe por ende la nada. El 1 conteniendo encapsulada en su propia esencia al 2: a la dualidad.


Como ya sabemos, como resultado de esta dualidad aparece su punto de equilibrio, 

representando cualitativamente y cuantitativamente por el número 3. De este número se desprende la primera figura geométrica armónica y equilibrada que se puede generar (siendo 

cada número representado geométricamente por un vértice): el triángulo.

Siguiendo con este nuevo vértice, cuya naturaleza es la búsqueda de equilibrio y armonía, este aparece en una dimensión adicional que se desprende de las dimensiones anteriores y las 

contiene en sí mismo.

Dimensión 0 – Todas las posibilidades son a la vez

Dimensión 1 – El punto y la línea

Dimensión 2 – La horizontal y la vertical


Creo importante enfatizar la frase en la que comento que aparece en una dimensión superior, 

que su naturaleza está intrínsecamente relacionada con las dualidades que las precede y por ende contiene dichas dualidades en su propia existencia (Por ejemplo, el concepto dual frío y calor nos lleva a un concepto de dimensión superior e inclusivo: la temperatura). Este principio 

se puede aplicar directamente a cómo es percibida la realidad en sus múltiples dualidades. 


A un nivel de aplicación práctica: en el hecho de plantearme si soy capaz de percibir estos puntos de equilibrio en dimensiones superiores y actuar en consecuencia (aplomado) o, por el contrario, actúo en mi presente polarizado por uno de los vértices atados a la dimensión inferior y dual. 


Por otro lado, quería aclarar el hecho de que estas dimensiones superiores siempre son inclusivas de las dimensiones que las preceden (las dimensiones duales inferiores). Un ejemplo 

de esta inclusividad de información se puede ejemplificar del siguiente modo:Puedo observar atentamente una hormiga beber agua de una gota, observar como aparecen otras hormigas y, siguiendo el camino que dibujan por el suelo, llegar a observar el hormiguero. 


Al levantar la vista puedo ver los árboles, las plantas, los pájaros… 


Puedo alejarme y percibir el 

bosque. Cada dimensión superior es inclusiva con las que la preceden, siendo el bosque de nivel 

superior a la dimensión de la hormiga, pero conteniéndola intrínsecamente en su propia 

existencia. 


La perspectiva aquí toma un papel muy importante.

Otro ejemplo sería la figura del hijo, cuya representación simbólica sería el vértice resultante de 

las dos dualidades que lo preceden: su existencia está intrínsecamente atada a la madre y al padre así como a todas las generaciones que lo preceden. Dado que yo soy ese hijo, mi 

perspectiva toma un papel muy importante nuevamente.


Me apasiona la idea de visualizar todo esto como un sistema de vectores interconectados en red, puesto que esto me lleva a pensar en un sistema fractal basado en la dualidad. Motivo que ha 

generado en mí el deseo de escribir esta plancha.


Partiendo de un lienzo en blanco, simbolizando un espacio de dimensión 0. Este espacio implica 

que cada posición se puede describir en un punto, es decir, solo hay una posición posible en una 

dimensión 0, con lo que no es necesario conocer su ubicación. Esta dimensión 0, representada 

por el lienzo en blanco, sería el simbolizado por el caos, dado que todas las probabilidades 

existen simultáneamente. 


En el momento en el que en esta dimensión se concreta un punto, 

aparece con él la primera dimensión desde una nueva perspectiva. En este punto tenemos en la 

unidad a la dualidad desde una perspectiva adicional a esa dimensión: el el punto y el fondo: lo que es y lo que no es, el todo y la nada. 


Vuelvo de nuevo al tema de la perspectiva y es que esto debemos visualizarlo desde una 

perspectiva externa al plano 1D intentando así explicar el porqué el 1 contiene en su propia esencia al 2.


Esa dualidad observada externamente, se puede representar aún en ese mismo plano 1D mediante 2 puntos. Al tener la dualidad representada, ya podemos dibujar la línea. Hemos llegado a la máxima expresión que nos permite el plano 1D.

Basándome en la dualidad y su búsqueda continua de equilibrio y armonía, me gustaría 

representarla matemáticamente como un conjunto {-1 y +1}. 


Como he dicho antes, cada punto de equilibrio entre ambas dualidades equivaldría a generar una nueva dimensión superior 

inclusiva(un nuevo vértice).


Dado que es el triángulo la primera figura creadora de armonía y equilibrio entre dualidades, por 

simetría y para seguir el principio armónico y de búsqueda de equilibrio implicaría la necesidad de un triángulo invertido. 


Estas 2 figuras en equilibrio nos lleva a
contar 4 vértices de dualidad siendo su vértice de equilibrio el punto central que los unifica:

Igual que en la representación del macrocosmos y el microcosmos, para no romper la simetría 

basada en la dualidad, cada vértice tiene que tener una “polaridad” respecto a sus anteriores. 


Este conjunto de 4 vértices me lleva a dibujar el cuadrado desde una perspectiva 2D. Así entonces, cada vértice que en esencia es una dualidad en sí mismo, estaría expresado por el 

siguiente conjunto desde una perspectiva en 2 dimensiones: 

({-1,+1}^2)

Lo que daría 4 posibilidades en sus vértices: 

Observa el signo de negativo:

-

Imagina ahora el signo contrario..

¿Dónde está tu yo?


A la vez, por armonía en perspectivas dimensionales, debe existir su contraparte con los mismos vectores pero con polaridades invertidas. Eso da lugar a pensar en 8 posibilidades de 

dualidad por cada vértice, lo que me lleva a imaginar la figura del cubo. Esto implicaría 

modificar la fórmula y pensar en un conjunto como: 


({-1,+1}^3)


Esto implica la aparición de 8 posibilidades por vértice: 

Esta conocida dimensión 3D en la que vivimos es un buen ejemplo de estos 8 vértices. Si me 

baso en lo que puedo percibir como realidad, lo que llamo presente, vivo en el centro de 4 

dualidades espacio-temporales (cada una con 2 vértices lo que suman un total de 8): arriba￾abajo, derecha-izquierda, delante-detrás, pasado-futuro. 


¿Cómo puedo entender el espacio sin 

el tiempo? Ambos son en sí mismos una dualidad atada a este plano. Sin embargo, para entender 

el tiempo, debo pensar en una nueva dimensión de carácter superior, pasando de la tercera dimensión a la cuarta dimensión.


Estos 8 vértices del macrocosmos se pueden representar en una dimensión 3D con la figura del cubo, así mismo para el microcosmos.


Regresando a la geometría 3D, cada conjunto sería un vértice del cubo en una dimensión 3D. Como no, no puede existir un cubo cuyos vértices mantienen un equilibrio sin su contraparte 

que equilibre las dualidades presentadas en ternas, lo que nos lleva a elevar la dimensión a la dimensión del tiempo (4D):


({-1,+1}^4)

En esta nueva figura, se desprende que hay 16 vértices y 

posibilidades para la dualidad, 8 por cada cubo. Esto implica pensar en un sistema fractal hipercúbico de 

dimensión 4: un teseracto. En este hipercubo, los vértices son compartidos y requieren de un equilibrio entre ellos para la existencia del todo. 


Dado que, esta figura resultante no dejaría de ser un nuevo vértice y que se requieren de 3 vértices para seguir este fractal, sería necesario elevar este conjunto a 3, representándose como:


[({-1,+1}^4) ^3]= 12 REALIDAD PERCIBIDA POR EL YO


Al elevarlo a 3 yextraer el producto cartesiano de este conjunto consigo mismo 3 veces, se combinan tres de estos espacios de 4 dimensiones. 


Esta combinación resultante de los 3 

teseractos a sería la representación de la “realidad”. 


Esto significa que se están formando conjuntos de combinaciones ordenadas donde cada 

combinación es un punto (vértice) en un espacio de 12 dimensiones. Cada punto en este espacio 

de 12 dimensiones se representa como una tupla de 12 números, donde cada grupo de cuatro números proviene de uno de los conjuntos ({-1,+1}^4) originales. 


Es así como, partiendo de la dualidad, llegamos a una realidad de 12 dimensiones en la que nosotros estamos en el centro de estas. 

Del mismo modo, se puede invertir la perspectiva… 


Dado que todas las dimensiones son en sí 

mismas reflejo del resto, se puede simplificar este sistema entendiendo cada unidad como una 

tríada, del mismo modo que un átomo cuenta con partículas con polaridad positiva, negativa y neutra.

El hipercubo de dimensión 4, se puede simplificar en un cubo de dimensión 3. Cabe aclarar que dicho cubo debería tener entonces 9 vértices. El centro del cubo, el punto de unión entre todos 

los vértices, sería el punto generador de las dimensiones de nivel superior en este fractal en base dual. 


Siguiendo con el cubo de dimensión 3, se puede descomponer en un hexágono en 

dimensión 2, el cual se puede descomponer en dos triángulos invertidos pero complementarios, 

lo que se puede simplificar en 2 puntos (+ y -).


El único vértice que no se ve, pero está es el centro de las figuras es el punto de unión entre 

todas ellas: el 1. Dado que nosotros estamos en el centro de estas dualidades, concluyo que nosotros somos parte de Dios, vivimos atados a dimensiones inferiores pero podemos llegar a 

escalar dichas dimensiones y llegar en línea recta y en dirección a todos sitios al mismo centro del todo: a la consciencia del amor puro. 


Esto me lleva a pensar en un fractal en el que una figura contiene a otra en sí misma, repitiéndose y buscando el constante equilibrio, armonía y perfección, acompañando nuestra consciencia pura a Dios, en el centro. 


Nuestro yo, se encuentra en el centro de estas triadas, en el centro del cubo, esperando superar esta dimension dual en la que nos vemos llevados a etiquetar todo como positivo + o negativo -. Etiquetar, aunque necesario en sociedad para “entender” nuestro 

entorno, nos ata aún más a esta dimensión dual, percibiéndola como tal y dejando de percibir el todo. Hablo de la consciencia (el darnos cuenta de…) dado que es la que nos permite romper la 

polaridad en la que nuestra percepción vive atada y superar la dualidad, permitiendonos escalar 

y llegar a dimensiones superiores.



Interpretación de la fórmula:

±[({-1,+1}ˆ4)ˆ3]


La fórmula intenta expresar una idea que parte de la dualidad y llega a un espacio de 12 dimensiones a través de un teseracto (hipercubo en 4 dimensiones).

 

- De la dualidad {-1,+1} al Teseracto en 4D: La parte ({-1,+1}ˆ4): Este conjunto representa dos estados posibles para cada coordenada: -1 y +1. En un contexto geométrico, estos valores pueden ser vistos como los extremos o vértices de un segmento de línea en una dimensión ^4: 


Elevar este conjunto a la cuarta potencia significa explorar todas las combinaciones posibles de 

estos valores en cuatro dimensiones independientes. Esto resulta en un teseracto, un hipercubo 

en 4D. Cada vértice del teseracto corresponde a una combinación única de las cuatro coordenadas, y hay 16 vértices en total (2^4), ya que cada dimensión tiene 2 posibles estados.


- El triangulo de teseractos y su producto cartesiano de 12D: El concepto de producto cartesiano 

en matemáticas se refiere a la combinación de dos o más conjuntos para formar un conjunto de 

todos los pares ordenados posibles. 


Aquí, estamos tomando el producto cartesiano de tres 

teseractos.^3: Esto implica que estamos combinando tres instancias de un teseracto. Cada 

teseracto es un objeto 4D, así que al tomar un producto cartesiano de tres teseractos, 

multiplicamos esencialmente las dimensiones: 4D × 3 = 12D. Esto significa que cada punto en el 

espacio resultante de 12 dimensiones es un conjunto de tres puntos, cada uno proveniente de 

un teseracto diferente.

- Simetría en Valores Positivos y Negativos: El signo ± implica que cada punto en el espacio de 12 dimensiones resultante de la fórmula [({-1,+1}^4)^3] tiene contrapartes tanto positivas como 

negativas. Esto introduce una simetría en la estructura, donde cada configuración o punto en este espacio tiene una versión "espejo" con valores opuestos en una o más dimensiones. Sin el signo ±, la estructura se interpretaría como limitada a los valores generados por el producto cartesiano de los teseractos, sin una consideración explícita de simetría entre valores positivos y 

negativos. Incluso, el signo ± sugiere que la estructura en 12 dimensiones no solo se basa en la 

combinación de puntos de teseractos, sino que también incorpora una reflexión a través del 

origen en este espacio hiperdimensional. Esto puede interpretarse como una especie de 

"inversión" o "reflejo" en cada dimensión.


Posibles resultados planteados:

±[{-12,+12}ˆ∞]

12ˆ∞


1. Resultado con Simetría (eterno equilibrio y armonía): ±[{-12,+12}^∞] 


Resultaría un fractal triangular que constaría con su opuesto (estrella de David):


- Simetría en el Rango: El signo `±` implica que la estructura se extiende en un rango simétrico que abarca tanto valores positivos como negativos. En este caso, la estructura se extiende desde 

-12 hasta +12 en cada dimensión.

- Naturaleza Fractal Infinita: El exponente `^∞` implica una repetición o extensión fractal infinita. 


Esto significa que la estructura se repite infinitamente, manteniendo su forma y proporciones en 

todas las escalas.

- Implicaciones: Este resultado indica una estructura hiperdimensional donde hay una perfecta simetría entre las partes positivas y negativas, y esta simetría se repite de manera fractal en un 

espacio infinito. 


Esta figura podría representar la perspectiva desde esta dimensión material. El equilibrio base 

de la naturaleza. Su fractal sería este:

2. Resultado Sin Simetría: 


12^∞ (Un camino a la perfección)

Resultaría un fractal triangular infinito, pero sólo en una dirección, el retorno al todo. 


- Rango Unidireccional: 


Al carecer del signo ±, este resultado sugiere que la estructura solo se extiende en valores positivos, hasta el 12 en cada dimensión.


- Extensión Fractal Limitada: 


Aunque sigue siendo un fractal que se repite infinitamente (^∞), la 

repetición ocurre solo en el rango positivo. No hay indicación de que las estructuras negativas estén incluidas o replicadas.


- Implicaciones: 


Este resultado representa una estructura fractal que, aunque infinita, es 

asimétrica, centrándose únicamente en la extensión positiva. 

Si el camino hacia la perfección se define como un retorno o una orientación hacia lo positivo, entonces la segunda opción, `12^∞`, sería más adecuada. Esta opción se enfoca exclusivamente 

en el aspecto positivo, reflejando un enfoque unidireccional hacia lo positivo en su estructura y extensión. Hay varios motivos:

En la fórmula 12^∞, la ausencia del signo `±` y la presencia del número positivo 12 indica un enfoque exclusivo en los valores positivos. Esto representa un camino que se aleja de la dualidad 

y se centra únicamente en el aspecto positivo.

La estructura sigue siendo fractal (`^∞`), lo que significa que se repite infinitamente, pero esta repetición y expansión ocurren solo en un rango positivo. 


Esto puede simbolizar un viaje o una 

evolución constante hacia un estado positivo cada vez mayor.

Reflexiones que se extraen de ambos resultados. 


Ambas perspectivas pueden ser consideradas correctas ya de depende de la perspectiva 

hiperdimensional que se plantee: la de la materia o la de la energía). Depende de nosotros que 

el resultado sea constructivo o destructivo.


Si cada persona se considera un vértice, que en sí mismo es un cubo, viviendo en otro cubo (derecha-izquierda, delante-detrás, arriba-abajo, dentro-fuera) somos hipercubos. De hecho, la realidad que percibo, cada cosa dual (una piedra por ejemplo) sería un vértice de dimensión 

inferior, cada vértice de este enorme fractal estaría conectado con el centro, con el todo, con Dios. 


Así entonces la realidad que puede percibir: cada individuo u objeto puede considerarse un punto en un espacio de dimensiones superiores, simbolizado por un vértice de un hipercubo. 

Este vértice representa no solo la posición espacio-temporal, sino también aspectos más 

complejos como estados mentales, emocionales y espirituales.


El hipercubo que representa a un individuo incluye dimensiones que van más allá de las físicas 

(arriba-abajo, delante-detrás, derecha-izquierda), extendiéndose a dimensiones metafóricas 

como "dentro-fuera", lo cual puede interpretarse como la relación entre el yo interior y el mundo 

exterior.


Cada vértice (persona u objeto) está conectado con un centro, que puede ser interpretado como 

"Dios", la fuente universal, o el principio unificador de todo. 


Esta conexión simboliza una relación 

intrínseca entre el individuo y el todo, sugiriendo que cada parte contiene, o está conectada con, el todo.


En un fractal, cada parte refleja el patrón del todo. Así, en esta metáfora, cada individuo refleja 

de alguna manera la totalidad del universo o la divinidad.


(Sergi García Mecinas)






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